Preguntas frecuentes sobre certificación energética
Es hacer un buen uso de la energía. Es la capacidad de alcanzar los mayores beneficios en el uso final de la energía con el menor impacto sobre el medio ambiente. La eficiencia energética persigue el ahorro económico unido a un incremento del confort en el hogar.
La calificación energética es la valoración de la eficiencia energética de un edificio. Para ello se determina el consumo de energía, calculado o medido, que se estima necesario para satisfacer la demanda energética del edificio en unas condiciones normales de funcionamiento y ocupación, que incluirá, entre otras cosas, la energía consumida en calefacción, la refrigeración, la ventilación, la producción de agua caliente sanitaria y la iluminación.
Mediante la mejora de la eficiencia energética en su hogar se conseguirán los siguientes beneficios:
- Para los ciudadanos:
- Ahorro en la factura energética
- Mayor confort, salud y seguridad en su hogar
- Cumplimiento de requisitos legales
- Responsabilidad social
- Mejora de la imagen de su vivienda (y por ello del precio de la misma)
- Para los Ayuntamientos:
- Sus municipios van a reducir el consumo energético
- Para España:
- Disminuyendo nuestra dependencia energética con el exterior, superior al 80%, frente al 50% de la UE; con los consiguientes riesgos inflacionistas y desequilibrios macroeconómicos en escenarios de precios al alza del crudo
- Cumpliendo nuestros compromisos internacionales (acuerdos de Kioto)
- Para nuestro Planeta:
- Disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero (CO2, …) a la atmósfera para evitar el cambio climático. Se estima que se podrían reducir en un 50% las emisiones de CO2 gracias a medidas de mejora de eficiencia energética
El conjunto de edificios existente en la Unión Europea consume más energía que el sector del transporte (33%) o el sector industrial (26%), según datos del IDAE. Nada menos que un 41%. Nuestras calefacciones y aparatos de aire acondicionado suponen dos tercios del consumo total de energía de un edificio. Es decir, la electricidad del hogar (iluminación, electrodomésticos, TV, equipos música, etc…) apenas supone un tercio del consumo energético global del hogar
Una vivienda energéticamente eficiente, demanda hasta un 90% menos de energía.
Es el certificado obligatorio en el que se incluye la etiqueta energética.
Las Administraciones Públicas, a través de instrumentos como el Registro Público de Certificados de Eficiencia Energética, sientan las bases para favorecer a los propietarios y usuarios de aquellos edificios que demandan menos energía.
El certificado tendrá una validez máxima de 10 años y cada Comunidad Autónoma establecerá las condiciones específicas para proceder a su renovación o actualización. El propietario del edificio será el responsable de la renovación del certificado y podrás solicitar su actualización cuando considere que existan variaciones en aspectos del edificio que puedan modificar la eficiencia energética.
Gracias a la calificación se conoce el comportamiento energético de la vivienda y en base al resultado se podrán emprender acciones de mejora energética que beneficien al propietario en cuanto a un ahorro económico, aumento de confort y además contribuyan a la mejora medioambiental global.
En lo relativo a la adquisición de vivienda, una mala decisión de compra se toma una vez, pero en el caso de una vivienda poco eficiente, sus consecuencias se mantienen a lo largo de toda su vida útil. Por tanto, es esencial que a la hora de adquirir una vivienda en propiedad sepamos qué comportamiento energético tiene desde el principio. Este mismo efecto también es aplicable a la toma de decisión en el alquiler de vivienda.
La Directiva Europea 2010/31/UE (refundición a partir de la Directiva 2002/91/CE) tiene como objetivo fomentar la Eficiencia Energética de los Edificios y obliga a todos los estados miembro, entre otras cosas, a que todo edificio, tanto si es de nueva construcción como si se vende o alquila, vaya acompañado de un Certificado de Eficiencia Energética. Este certificado debe ponerse a disposición de la persona interesada, el potencial comprador o arredatario. Actualmente es el Real Decreto 390/2021, el que define el procedimiento básico para la certificación energética de la eficiencia energética de edificios.
El incremento de la eficacia energética resulta esencial para el logro de los objetivos señalados por el Protocolo de Kioto, propicia una política energética más sostenible y constituye un elemento importante de la seguridad del abastecimiento.
El objetivo de la etiqueta energética es informar al consumidor de la eficiencia de su hogar.
La etiqueta indica la eficiencia de su hogar en relación a otro de similares características.
Con la etiqueta se asignará a cada edificio una Clase Energética, que variará desde la clase A, para los energéticamente más eficientes, a la clase G, para los menos eficientes.
Desde Junio de 2013, es obligatorio poner a disposición de compradores o usuarios de los nuevos edificios una garantía escrita que nos revela su comportamiento energético, el llamado “Certificado de Eficiencia Energética”. Esa garantía la otorga la Etiqueta de Eficiencia Energética, en virtud del Real Decreto 235/2013 y debe incluirse en toda la publicidad utilizada en la venta o arrendamiento del edificio.
El Código Técnico de la Edificación (CTE) es el marco normativo que establece las exigencias que deben cumplir los edificios en relación con los requisitos básicos de seguridad y habitabilidad establecidos en la Ley 38/1999 de 5 de noviembre, de Ordenación de la Edificación (LOE)
Son Las exigencias básicas de calidad que deben cumplir los edificios. Se refieren a materias de seguridad (seguridad estructural, seguridad contra incendios, seguridad de utilización) y habitabilidad (salubridad, protección frente al ruido y ahorro de energía)
El CTE pretende dar respuesta a la demanda de la sociedad en cuanto a la mejora de la calidad de la edificación a la vez que persigue mejorar la protección del usuario y fomentar el desarrollo sostenible.
Se aplica a edificios de nueva construcción, así como a intervenciones en edificación existente, como pueden ser obras de ampliación, modificación, reforma o cambio de uso, teniendo siempre en cuenta la excepcionalidad de determinadas construcciones protegidas desde el punto de vista ambiental, histórico o artístico
La energía solar es aquella que aprovecha la luz o el calor del sol para generar electricidad o producir calor. Los paneles fotovoltaicos convierten la luz solar en electricidad.
El autoconsumo fotovoltaico es la modalidad de producción de energía en la que un usuario particular (sea una persona física o una empresa) produce una parte de la energía eléctrica que consume mediante una instalación de paneles fotovoltaicos en su inmueble. Al autoproducir una parte de su energía gracias a la luz del sol, el usuario reduce la cantidad de electricidad que toma de la red eléctrica convencional.
La energía fotovoltaica no emite ningún tipo de residuo o polución durante su generación, de manera que no produce gases de efecto invernadero. Es una energía limpia, verde y renovable ya que cumple con la definición de éstas: un sistema de producción de energía no contaminante ya que no produce residuos o desechos. Es renovable por ser el sol una fuente de energía inagotable.
Los fabricantes de equipos solares ofrecen generalmente garantías muy longevas para sus productos, y es que una instalación de autoconsumo fotovoltaico bien planteada y con productos de calidad está hecha para durar 25 años o más.